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Las bestias y las plantas te den el buen consejo:
contémplate en tu cuerpo tal como en un espejo.
Para tu gloria de hombre prolongada en la casta,
desnúdese tu cuerpo en la gimnasia casta,
como una estatua. Puro y audaz tu cuerpo entrega
a la gracia del aire y el sol. La diosa griega
te unja en su óleo. El juego armonioso y diverso
de tus músculos plázcate como el más bello verso.
No así como el asceta ni como la ramera,
sé dueño de tu cuerpo, que ésta es la ley primera.
Un cuerpo hermoso, fuerte, sano, qué noble palma.
Pero sirve a tu cuerpo para servir a tu alma.
¡Y no des uno al diablo ni la otra des a Dios
y ojalá te tuvieran sin cuidado estos dos!
Cuerpo, loado seas en tu carne y tu hueso,
tus nervios y tu sangre, tu semen y tu seso.
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sesiguenimprimiendo.
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sesiguenimprimiendo.
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