20.1.09


¿Sabéis algo?

Alfonsina Storni

Subí, subí, subí. Ya estaba bien arriba
cuando sentí un murmullo. ¿Era reto, diatriba?
escuché: carcajadas, ironías, insultos.
¿Qué, os parezco una simia? Oh mis buenos estultos:
¿Sabéis de cosas bellas?
Yo hace siglos que vivo trenza que trenza estrellas.




¿Que diría?
Alfonsina Storni

¿Que diría la gente, recortada y vacía,
si en un día fortuito, por ultra fantasía,
me tiñera el cabello de plateado y violeta,
usara el plepo griego, cambiara la peineta
por cintillo de flores: miosotis o jazmines,
cantara por las calles al compás de violines,
o dijera mis versos recorriendo las plazas
libertado a mi gusto de vulgares mordazas?

¿Irían a mirarme cubriendo las aceras?
¿Me quemarían como quemaron hechiceras?
¿Campanas tocarían para llamar a misa?

En verdad que pensarlo me da un poco de risa.





Palabras a Delmira Agustini
Alfonsina Storni


Estás muerta y tu cuerpo, bajo uruguayo manto
descansa de su fuego, se limpia de su llama,
sólo desde tus libros tu roja lengua llama
como cuando vivías, al amor y al encanto.

Hoy, si un alma de tantas, sentenciosa y oscura,
con palabras pesadas va a sangrarte el oído
encogida en tu pobre cajoncito roído
no puedes contestarle desde tu sepultura.

Pero sobre tu pecho, para siempre desecho,
comprensivo vigila, todavía, mi pecho,
y, si ofendida lloras por tus cuencas abiertas.

Tus lágrimas heladas, con mano tan liviana
que más que mano amiga, parece mano hermana,
te enjugo dulcemente las tristes cuencas muertas.




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