11.12.07

El Gran Dictador (1940)
Charles Chaplin


Lo siento, yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio.Yo no quiero mandar ni conquistar a nadie. Quisiera ayudar a todos de ser posible: Judíos... gentiles... negros... blancos...Todos nosotros queremos ayudarnos uno al otro.Los seres humanos somos así, queremos vivir para la felicidad del otro. No su desgracia. No queremos odiarnos o despreciarnos uno al otro. En este mundo hay lugar para todos y nuestra Tierra es rica y a todos puede alimentar. La vida puede ser libre y hermosa. Pero hemos perdido el rumbo, la codicia ha envenenado el alma del Hombre, ha dividido al Mundo con barricadas de Odio, nos ha sumergido en la desgracia y un baño de sangre. Hemos desarrollado velocidad pero nos encerramos en nosotros mismos. La maquinaria que nos da la abundancia nos ha dejado con falta. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínico. Nuestra inteligencia, duros y desconsiderados.Pensamos demasiado y sentimos muy poco, más que maquinaria, necesitamos humanidad. Más que inteligencia, cortesía y bondad. Sin estas cualidades la vida será violenta. Y todo estará perdido. El avión y la radio nos han acercado entre nosotros, la naturaleza misma de estos inventos clama por lo bueno que hay en el Hombre, clama por la fraternidad universal y la unión de las almas. Aún ahora, mi voz llega a millones a través del mundo, millones de desdichados, hombre, mujeres y niños. Víctimas de un sistema que lleva al hombre a torturar y a encarcelar inocentes. Para aquellos que me pueden oir les digo: No desesperen, la desgracia que nos aqueja es tan solo la muerte de la codicia, el resentimiento de hombres que temen el progreso de la especie humana. El odio del hombre pasará y los dictadores morirán; y el poder que le arrebataron al Pueblo volverá al Pueblo y en tanto los hombres den la vida por ella, la Libertad no ha de perecer.
¡Soldados! ¡No se sometan a las bestias!
Hombres que los desprecian y esclavizan, que en nada valoran vuestras vidas y que les dicen que hacer,que pensar,que sentiry los martirizan, tratan como ganado
¡Inútil carne de cañón!
¡No se sometan a esos engendros! mitad hombre, mitad máquina. Con mentes de máquina, ¡y corazón de máquina! ¡Ustedes no son máquinas! ¡No son ganado!

¡Son hombres!

y en sus corazones aman a la humanidad, no odian, ni viven para el odio. El rechazo a todo lo que es natural.

¡Soldados, no peleen por la esclavitud, peleen por la Libertad!

En los libros sagrados está escrito: El Reino de Dios está dentro del Hombre. No un solo hombre. No un grupo de hombres... ¡sino de todos los hombres! Y ustedes, el Pueblo, ustedes tienen el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad. ¡Ustedes, el pueblo, tienen el poder de hacer esta vida libre y hermosa, de hacer de esta vida una aventura maravillosa!
Entonces, en nombre de la democracia...

¡Ejerzamos ese poder! ¡A unirnos todos ya!

Peleemos por un mundo nuevo, un mundo decente, que le dé al Hombre la oportunidad de trabajar, que les de a todos un futuro y a todas las edades, seguridad. Fue prometiendo estas cosas que las bestias llegaron al poder, pero mienten, ni tienen intención de cumplir la promesa... ¡Nunca lo harán!

¡Los dictadores se hacen libres a ellos mismos... pero esclavizan al Pueblo!

¡Luchemos nosotros ahora para cumplir la promesa!

¡Luchemos para hacer al mundo libre!

Para acabar con las barreras nacionales, para acabar con la codicia, el odio, la intolerancia, peleemos por un mundo en que reine la Razón, en que la ciencia y el progreso conduzcan a la felicidad de todos los hombres.

¡Soldados! ¡En nombre de la democracia... a unirnos todos ya!

30.11.07

Creo que es mucho mejor cuando la cámara es solo testigo y son los protagonistas lo que hablan, esto es, el documental.

...Hay una innegable: a la película le faltan muchas cosas. (...) Decantar todo lo que recopilamos fue durísimo, sobre todo porque queríamos quedarnos con las cuestiones que tenían mayor vigencia.

Raymundo Gleyzer

Con sus limitaciones, la película tuvo peso, tuvo significación...


Humberto Ríos
-Sobre el film: "México, una revolución congelada"-



...Lo importante que yo recuerdo del grupo de Buenos Aires [del Cine de la Base] es que no todos eran militantes de PRT. Era gente que simpatizaba globalmente con lo que estaba pasando pero nada tenía que ver con la organización política. Simpatizaban con Cine de La Base y la posibilidad de proyectar películas que se filmaban, con este fenómeno de documentar la realidad ...
Nerio Barbieris



...La idea, que había sido de Raymundo, era ver cómo podíamos tener un funcionamiento orgánico, crear una red de Cine de la Base. Porque en el interior había muchos menos recursos de los que había acá, lo que hacían por la militancia y por el amor al cine...
Álvaro Melián



...Me aterroriza cuando dicen: "Eh, lo que pasa es que vos estás en los '70". No me aterroriza el "estar en los '70" sino porque decir eso implica el decir también yo, en cambio por encima de eso". Los pobres siguen siendo pobres y el hambre existe, pero ahora resulta que ya todos lo sabemos y que además está pasado de moda. (...) Me aterroriza ese mundo posmoderno, ese mundo light, en donde todos los días cualquiera te puede meter el dedo en el culo y tenés que ponerte contento, porque es light...
Humberto Ríos



...Pero el fenómeno ético de desafiar, hasta con la muerte, para poder cambiar una realidad que es una mierda, es un hecho de la Humanidad y no para nunca. Yo reinvindico eso.
...La sola posibilidad de dejar ese agujero abierto, es aterradora.
Nerio Barbieris



El Cine Quema - Raymundo Gleyzer -
Fragmentos

22.11.07




Hace tiempo que no subo nada, de hecho es un blog bastante pasivo, por motivos diversos que no vale la pena mencionar. Hace un tiempo decidi hacerlo activo... en ese preciso momento comenzaron los parciales, grabaciones y demases presentaciones, en efecto al blog continuó pasivo. Esperemos (y creo una vez más que al mencionar las cosas en voz alta éstas se vuelven reales) que de ahora en más (o por lo menos hasta próximos parciales) este sea un blog más activo. No tengo una declaración sobre la mera existencia de este blog, solo puedo decir que serán cosas que quiero que circulen por Internet. Es inútil negar las posibilidades de Internet, las miles de millones de puertas, ojos y oídos que navegan día a día.
Contaré entonces, historias o mejor dicho subiré cosas que me parece deben estar en Internet, sean estos fragmentos del documental que estamos llevando a cabo, o sobre textos (por lo menos fragmentosque a mi entender sería interesante que fueran leídos).
Hablando sobre el Documental, trata sobre El Corralón de Villas (Floresta), en Capital Federal, Buenos Aires, Argentina. Corralón, lugar donde se "administra" la basura, hoy día no sigue funcionando como tal, porque fue recuperado por la Asamblea del Barrio de Floresta y sus vecinos. Hoy está afectado a una escuela secundaria(que en realidad serán dos) y a una plaza pública, y además (según tengo entendido) seguirá siendo un foco cultural en aumento. (desde un grupo de antropólogos y arqueólogos, pasando por un grupo de teatro,clases de circo, de sikus, hasta un grupo de muralistas que se junta de vez en cuandoa pintarrajear las paredes y si no los carteles de licitación).
Este Corralón es un lugar fascinante, tan grande, anacrónico y a la vez tan contemporáneo. Sus estructuras (muy pocas) todavía guardan vestigios de la casa que fue en un momento y por el otro lado la construcción adusta que llevó la instalación de las empresas encargadas de la recolección de basura en la ciudad.
El Corralón guarda muchas historias que deben ser contadas, (y van a serlo) y un identidad un tanto utópica hoy día con la destrucción de los barrios (incluyendo a Floresta, que próximamente se llamará: industria textil Floresta). Una identidad necesaria, para complementar el desarraigo natural que veo día a día, respecto de una historia, de una familia (y no digo la biológica), de uno mismo.Y ojo, que no reniego ni un poco de mi época, porque soy parte de ese desarraigo y de esta era, de este barrio y de este Corralón.
Muchas veces es difícil ubicarse en un tiempo y en un espacio, paraciera ser uno un flujo continuo que pasa día a día sin parar, ni pararse, viviendo entre luces, mensajes de texto, llamados de teléfono y películas maravillosas, pero sólo unas pocas veces (de esas veces que se alinean los planetas, o que Vic levanta el teléfono, o que yo me callo), uno para en la calle, y puede mirar un hermoso atardecer, más no sea subiendo unas escaleras interminables a toda velocidad porque encima llega tarde, ó entre los edificios, y la gracia de algún que otro arquitecto que deja pasar un poco de cielo a la parte más céntrica de la capital.
Es difícil definirse, de hecho estoy casi casi convencida, me faltan terminar con algunos cálculos que uno no debe definirse para nada (mediante esto no digo ser un gris, sino me refiero a otro tipo de definición, del tipo me gusta el café negro con 200 cucharadas de azúcar, o sólo los ravioles con ketchup, o cosas igualmente lógicas, como que quiere ser uno en la vida).Como diría una persona que me leyó el alma sin mapas, ni tesoro lo importante es tomar una decisión sobre algo, cualquiera esta sea, lo que importa es ser firme en la misma, y no echarse atrás, seguirla hasta el fin de sus propias consecuencias. Ahora que releo, esto utimo presenta un poco de contradicción y ambiguedad pero a decir verdad este es el punto en el que estoy, días más adelante (aunque creo serán meses)lo releeré y no será ambiguo, dirá o una cosa o la otra... por ahora, esto es todo lo que tengo para mi primer cuasi-manifiesto bloguense.

30.10.07


Fellini 8 1/2


Fragmento final a Luisa

(...) ¿Qué es esta felicidad súbita que me hace temblar dándome fuerza y vida?
Perdónenme, dulces criaturas. No lo había entendido. No lo sabía. Es tan natural aceptarlas, amarlas. Y tan simple. Luisa, me siento liberado. Todo me parece bueno, todo tiene sentido. Todo es verdad. Me gustaría poder explicarlo. Pero no sé como. Ahora todo vuelve a ser como al principio, todo es confuso. Pero esta confusión soy yo. Como soy, no como querría ser y ya no tengo miedo.
Decir la verdad, lo que no sé, lo que busco y aún no encontré. Sólo así me siento vivo.
No puedo mirar a tus ojos fieles sin sentir vergüenza. La vida es una fiesta. Vivámosla juntos. (...)

28.9.07


Muriendo por vivir

Algunos ven la distorsión como belleza
y sus cabezas nohan sabido proteger
ahora dicen que hay humor en la tristeza
yo me pregunto si reirán cuando no esté.

¿Por qué luchar por vivir si vivo para luchar?
¿Por qué me esfuerzo por ver cuadno no hay nada ante mí?
¿Por qué es que trato de dar si nadie me da lugar?
¿Por qué morir por vivir si vivo para morir?

Que los valores son apenas subjetivos
han repetido tantas veces por ahí
y así es que viven, luchan, matan sin objetivo
vivos de muertos es difícil distinguir.

¿Por qué luchar por vivir si vivo para luchar?
¿Por qué me esfuerzo por ver cuadno no hay nada ante mí?
¿Por qué es uqe trato de dar si nadie me da lugar?
¿Por qué morir por vivir si vivo para morir?


Mis palabras ya enredé con confusiones
así que espero que me entiendas al hablar
yo solía gastar mi vida en ilusiones
hoy lo real podrá mis sueños realizar.

Y lucharé por vivir hasta no haber por qué luchar
e iré tratando de ver hasta que perciba el fin
yo estoy tratando de dar, te ruego, dame un lugar
por eso muero por vivir hasta estar listo a morir.

Dying to live
Edgar Winter
(versión castellana: Pedro Aznar)

22.9.07

Edificio Kavanagh



Dicen que fue hecho para destruir un amor. Como Montescos y Capuletos -pero más prácticos-. La familia Anchorena y la familia Kavanagh permanecían enemistadas. Cuentan que hubo un muchacho que olvidándose de la sentencia se enamoró y pretendió a una Kavanagh. Es una obviedad decir que el romance nunca se concretó. Pero allí no termina la historia. Mejor dicho, ahí comienza una historia, la del Kavanagh.


En la década del 20, los Anchorena, que vivían en el que hoy es el palacio San Martín, habían mandado a construir la Basílica del Santísimo Sacramento (en la calle San Martín al 1000) para qeu sirviera, en el futuro de sepulcro familiar. Diez años después ocurrió lo que nunca debió pasar: un joven Anchorena y una joven Kavanagh se enamoraron. Las identidades permanecen ocultas, la historia fue guardada con recelo por las familias que no podían permitir la trascedencia social de semejante incidente. Sin embargo en la ciudad quedaron huellas, y estas hablaron.


Los jóvenes no hallaban manera de verse a escondidas, porque en aquellos tiempos las mujeres andaban acompañadas a todas horas. Sólo se encontraban en las grandes fiestas. Fue allí donde Corina Kavanagh descubrió el romance. Esta joven mujer (de la que se desconoce el parentesco con la involucrada) llevaba años amando en silencio al mismo hombre Anchorena. Nunca lo había mannifestado, consciente de la imposibilidad; pero ahí, frente a sus ojos, su amor se animaba al desafío más absoluto, con otra. Peor aún fue el día en que el joven enfrentó a sus padres para decirles que iba a pedir la maño de su amada. La familia lo rechazó, lo prohibió, lo sentenció y lo borró oara siempre, como si jamás se hubiera hablado de aquel asunto.


La indignación, el despecho, la envidia tal vez, la impotencia, se le metieron en el cuerpo a Corina. Fue así que planeó una venganza contra el muchacho, que no la había amado y que, además, ignoraba los sentimientos de ella. Tras ese afán, en 1934, mandó a levantar el rascacielos con la única intención de impedirles a los Anchorena la visión de su capilla desde su palacio. Para la empresa tuvo que vender sus estancias. Peo valió la pena: el edificio, aún hoy, cumple con el objetivo.


El Kavanagh está en el barrio de Retiro (Florida 1065), frente a la Plaza San Martín, en la ciudad de Buenos Aires. Se trata de una torre escalonada de hormigón armado de 120 metros de altura, 33 pisos y 105 viviendas, con subsuelos y azoteas, cinco escaleras, doce ascensores, síntoma de la época signada por la industrialización, la inmigración, el fascismo y las vanguardias. Fue construido en tiempo récord, ya que en 1936, catorce meses después de comenzada la obra, tuvo a lugar la inaguración.


Corina no estableció un presupuesto máximo, y se aplicaron los materiales más nobles traídos de todas partes del mundo: los pisos y las puertas se fbricaron con roble de Eslavonia y caoba, los herrajes con aleaciones de metal blanco, avitabdo así exponer a la vista clavos y tornillos de fijación. La obra fue encomendada a Gregorio Sánchez, Gregorio Lagos y Luis María de la Torre, precursores de la arquitectura moderna en la Argentina. Los arquitectos aducen que la propuesta era hacer un edificio "de renta segura": departamentos para alquilar a las familias ricas vinculadas a los negocios agrarios. Nació como el edificio más alto de Latinoamérica y, aunque tuvo la influencia de los rascacielos de Chicago de los años 20, respondió a lo preceptos del Modernismo que la escuela de arquitectura de Buenos Aires mixturó con sus propios toques. Es por eso que muestra un estilo racionalista, de geometrías puras y ausencia de adornos. Exponían sus constructores en un artículo del diario La Nación, el 5 de febrero de 1934: "Muchos son los que han condenado esta nueva tendencia arquitectónica -el 'estilo moderbo', para no decirlo con presición- por su voluntario olvido de las molduras, que parecían ser eternas, y por su desafío a las curvas cclásicas".


El edificio crea una calle posterior que lo separa del Hotel Plaza, y se yergue en escalonamientos sucesivos que corresponden a las máximas alturas permitidas por las reglamentaciones.

Pensado en relación a su funcionalidad, fue provisto de la más alta técnología disponible: sistema de aire acondicionado central, cámaras frigoríficas para alfombras, piscina, gimnasio, y un observatorio astronómico que nunca llegó a habilitarse. Los ascensores fueron ubicados de tal manera que permitieran el acceso individual a los departamentos. El escalonado del edificio dio origen a terrazas y miradores, con lo cual el treinta por ciento de los departamentos tiene jardines propios. En la planta baja se encuentran locales, consultorios, patios, dos accesos y estacionamiento. Los departamentos tienen vestíbulo, office, living, comedor y uno, dos , tres o cuatro dormitorios, con dependencias de servicio.

La edificación obvtuvo numerosas distinciones, como el Premio Municipal de Fachadas y de Casa Colectiva y el Premio de la American Society of Engineening de 1994. En 1999 fue declarado "Monumento Histórico Nacional". En 2004, cuando la fachada fue restaurada, se pudo advertir en el edificio un encanto extra, un degradé que asciende y se va aclarando con la altura: el granito gris oscuro en su base culmina casi blanco en la torre. Este efecto permanecía oculto por el smog y el deterioro producido por el paso del tiempo. La restauración fue coordinada por Marcelo Macadán y dirigida por Bettina Kropf y Nadina Resuman, quienes ya habían intervenido en obras como la del Abasto y el Centro Naval.

Actualmente, el Kavanagh muestra de nuevo sus líneas definidas. Los equipos de aire acondicionado que manchaban las paredes de óxido fueron retirados y reemplazados por splits, alineados al centro de los cerramientos. En el edificio habitan algunas personas de la alta sociedad argentina, personajes conocidos, como, por ejemplo, José Alfredo Martínez de Hoz. Los palieres muestran un lujo anacrónico, atiborrado de estatuas y estatuillas, retratos, pinturas, placas recordatorias.


El Kavanagh forma parte de la mística urbana. se tejen a su alrededor muchas historias, algunas cotidianas e intrascendentes, otras legendarias, como la que cuenta que en el edificio hay fantasmas y que habitan en los sótanos.
En 2004, al tiempo que se restuaraba, la escritora Esther Cross publicó una novela titulada Kavanagh, donde relata las vidas entrecuzadas de vecinos y espectadores, de narradores y observadores que bien pudieron existir, o no, pero que siempre, y sin duda, dan la pauta de lo que despierta el monumento.
Vista desde el piso catorce, la Plaza San Martín pierde el gris rutinario para ganar glamour: las personas se perciben como pequeñas pinceladas que trancurren y mutan mágicamente, como en un cuadro de Dalí, confundiéndose con los árboles y los autos... Corina Kavanagh había reservado para ella este piso. Es el único que ocupa la planta entera; tiene 700 metros cuadrados, una terraza amplia en el frente y dos jardines laterales. En 1948 lo alquiló a la familia del banquero Henry Roberts, quien aún lo ocupa.
El edificio permanece een la ciudad que cambia y que lo incluye como un privilegio. Dice el presidente de la junta de Estudios Históricos del Buen Ayre, Eduardo Lazzari: "Incluso, si alguien quiere mirar de frente la actual basílica del Santísimo Sacramento, debe pararse en el pasaje 'Corina Kavanagh'".


de Quîd (la revista de Yenny y El Ateneo)
n° 11 Agosto y Septiembre de 2007

20.9.07

(…)Nunca usaban luces y esto les daba una gran ventaja, de manera que tenían movilidad y podían ir a cualquier parte. ¿Cómo se ve tan bien sin luces? Usaron una película sensible y la apertura estaba siempre al máximo.
Llevo cinco meses editar la película. Cortó con escenas y las mantuvo separadas hasta que tuvo 25, quizá 30 escenas. Entonces la armó. Alternando el orden.

(Sobre La Ville Louvre – La ciudad Louvre)

Él hace una distinción importante entre cine y televisión, y aclara que el documental es a menudo una forma televisiva que tiene sus orígenes en el periodismo. De manera que tiene que ser ‘acerca de algo’. El cine es más complejo, porque se puede trascender el tema. La película se transforma en algo más ‘complejo, una metáfora, o un poema, o una filosofía’. Así se vuelve más cinematográfica.
Filmar lo invisible era algo que tendría que intentar.

(Sobre La moindre des choses – Cada pequeña cosa)


Posee un estilo observacional al filmar y la ausencia de artificios en el trabajo de cámara y en la edición. Las escenas suelen ser largas y hay pocos comentarios editoriales. Philibert, fiel a las formas, no fogonea la emoción ni le dice qué pensar al espectador.
No prepara nada, pero a veces puede, en sus propias palabras, ‘provocar algo’.
Philibert no espera que ignoren la cámara o que lo ignoren a él, y a menudo interviene directamente formulando alguna pregunta o, en ocasiones respondiendo una que le hacen a él.
Charlamos del argumento tan difundido de que la tecnología digital sería a menudo la responsable de la indecisión demostrada por muchos documentalistas por estos días, argumento con el cuál yo estoy en profundo desacuerdo. Al filmar en video digital, se dice, los cineastas sin disciplina con frecuencia filman demasiado. Al editar, se ponen indecisos porque pueden cambiar de idea tantas veces como lo deseen sin arruinar el material original. Entonces, dice el argumento, la tecnología alienta la indecisión. Le pregunté si no pensaba que a menudo se culpaba a la tecnología por la incapacidad de cada cineasta de tomar decisiones. ‘Sí, estoy totalmente de acuerdo’, responde. Entonces, como hablando en mayúscula, sentencia: ‘LA TECNOLOGÍA NO TIENE LA CULPA’

(Sobre Etre et Avoir – Ser y tener)
Fragmentos de: Nicolas Philibert, sensibilidad francesa
"El documental en la era digital"
Libro editado por el BAFICI en el 2007

6.9.07

Todo camino puede andar
Todo puede andar...
Con esta sangre alrededor
no sé que puedo yo mirar
la sangre ríe idiota
como esta canción
¿ante qué?
Ensucien sus manos como siempre
Relojes se pudren en sus mentes ya
y en el mar naufragó
una balsa que nunca zarpó
mar aquí, mar allá
En un momento vas a ver
que ya es la hora de volver
pero trayendo a casa todo aquél fulgor
¿y para quién?
Las almas repudian todo encierro
las cruces dejaron de llover
sube al taxi, nena
los hombres te miran
te quieren tomar
rojo el ramo, nena
las flores se caen,
tienes que parar.
Ví las sonrisas muriendo en el carrousell
Vi tantos monos, nidos, platos decafé
platos de café, ah
Guarda el hilo, nena
guarden bien tus manos
esta libertad
ya no poses, nena
todo eso es en vano
como no dormir
Aunque me fuercen yo nunca voy a decir
que todo tiempo por pasado fue mejor
mañana es mejor
Aquellas sombras del camino azul
¿dónde están?
yo las comparo con cipreses que ví
sólo en sueños
y las muñecas tan sangrantes
están de llorar
y te amo tanto que no puedo
despertarme sin amar
y te amo tanto que no puedo
despertarme sin amar

¡No! nunca la abandones
¡No! puentes amarillos
Mira el pájaro, se muere en su jaula
¡No! nunca la abandones
Puentes amarillos, se muere en su jaula
Mira el pájaro, puentes amarillos
Hoy te amo ya
y ya es mañana
Mañana
Mañana
Mañana


Luis Alberto Spinetta
"Cantata sobre puentes amarillos"
Artaud

4.6.07

  1. Mirar la luna de queso
  2. Un caracol bajo la lluvia en pleno microcentro
  3. La bruma al amanecer en Felicaria y Estudiantes
  4. El atardecer en el Paraná
  5. El Delta y todo lo que eso significa
  6. Miles Davis y su kind of blue
  7. Correr una botella de vidrio partida en 9 de Julio y Corrientes
  8. Aunque los números son infinitos, no alcanzan para enumerar los momentos.

¿Por qué cierto grado de pasividad no se puede aceptar como filosofía de vida? ¿Por qué esa forma es un desperdicio en la "¿sociedad?" de hoy? ¿Por qué decirle que está bien o mal, si es una elección, o es que acaso se puede juzgar una desición y no me he enterado?.

Preguntas de una tarde de otoño, surgidas a partir de algunos cuestionamientos sobre todo esto. La felicidad absoluta (o sin ir TAN lejos) o parcial puede venir de ver a otro ser feliz, eso es lo que digo yo. Que más felicidad el hecho de una sonrisa (con 'dientes', por supuesto), una verdadera sonrisa de pura felicidad momentánea, una felicidad que brilla en los ojos de cualquiera. No se pide que esa sonrisa sea provocada por uno, si no que esté y uno pueda verla.

No es utopía. Pedir algo no sólo es irrealizable, sino inútil a mi parecer. Pedir cosas pequeñitas e ir cumpliéndolas día a día. Pero sólo aquellas cositas que involucran al 'resto', esas cositas que uno como ciudadano de una cirta sociedad debe o quiere hacer. Porque siempre cuando se piensa sobre uno mismo pide más, aunque trate de poner prioridades y no se lo crea del todo. Tratar que unos monstruos no nos afecten todo el tiempo, esquivarlos no es cobardía, es ganas de vivir, ganas de poder luchar, no por uno, no vencer a lo que te destruye poco a poco, si no bloquearlo e intentar estar por alguien más que lo necesite, de verdad.

Encontrarse en los ojos de alguien más, aunque sea sólo a través de imágenes, implica 'estar' ahí y si uno está 'ahí' significa que uno no está ensimismado en un problema, lo que a su vez implica un pequeño triunfo sobre el "mal".

Los grandes sueños implican tiempo, concentración y visión. No tengo nada de eso. El tiempo es ahora (...forever is our today...). Concentración, poca. Visión, para nada (por eso adoro y elijo montaje). Pero por el contrario tengo una extremada fuerza de voluntad, ganas (muchas ganas), mucha perseverancia, y algún que otro gramo de esperanza. La voluntad para hacer de cada día, no horas, sino momentos. Ganas para intentar día tras día lograr aquello que uno se propone. Perseverancia para seguir aunque el monstruo ronde cerca o nadie responda... Algún gramo de esperanza, un poco estúpido, que te hace poner un pie delante del otro todo el tiempo, algo que se deja ver.

Uno no es ningún tipo de mártir, ni nadie especial, sólo alguien que se siente o 'sienta' aplacado en una tarde de otoño, que revisa notas anteriores en algún cuaderno maltrecho ya y que entre sus hojas encuentra fragmentos de "La Resistencia" de E. Sábato. Fragmentos que uno transcribe por puro aburrimiento, o simplemente porque no puede ir con diecicho millones de libros encima, por el mundo, imagínese por una calle en Buenos Aires.

Tenía ganas de transcribirlos, no tienen mucha conexión ya que están completamente fuera de contexto, pero son palabras para leer en alguna otra tarde de otoño...

A. IGLESIAS (15/05/2007)

...¡Cuánto más podría el hombre llegar al encuantro con el otro hombre, el supremo bien, si nos acercáramos los unos a los otros como necesitados que somos, en lugar de figurarnos fuertes! Si dejáramos de mostrarnos autosuficientes y nos atreviéramo a reconocer la gran necesidad del otro que tenemos para seguir viviendo, como muertos de sed que somos de verdad...

...Como ya lo he afirmado, el ser humano no podría sobrevivir sin héroes, santos y mártires poruqe el amor, como el verdadero acto creador, es siempre la victoria sobre el mal. "Lo humano del hombre es desvivirse por el otro hombre" (E. Levins)...

... Asistimos a un quiebre total... El mundo cruje y amenaza con derrumbarse...

...Valores supremos. Por la responsabilidad de ser hombres. Esto nunca ha de suceder. El 'sálvese quien pueda' no sólo es inmoral, si no que tampoco alcanza...

...Muchos no sólo dejan de buscar la libertad si no que hasta le temen...

... Como dijo Camus 'la libertad no está hecha de privilegios, si no que está hecha sobre todo de deberes'...

... y lo sigue siendo...

... Por el gozo intenso que entraña compartir el destino...

... Una especie de reconciliación cósmica con el universo de esa raza de frágiles, inquietas y anhelantes criaturas que son los seres humanos. Los animales no lo necesitan: les basta vivir...

...Nadie puede contra un hombre que baila en la miseria.

La Resistencia

Ernesto Sábato

18.5.07

“Los extraordinarios encuentros de la
calle. Las cosas que se ven. Las pala-
bras que se escuchan. Las tragedias
que se llegan a conocer. Y de pronto,
la calle, la calle lisa y que parecía desti-
nada a ser una arteria de tráfico con
veredas para los hombres y calzada pa-
ra las bestias y los carros, se convierte
en un escaparate, mejor dicho, en un
escenario grotesco y espantoso donde,
como en los cratones de Goya, los en-
demoniados, los ahorcado, los em-
brujados, los enloquecidos, danzan su
zarabanda infernal.” (“El placer de va-
gabundear” El mundo, 20 de septiem-
bre de 1928.)

PASAJE GÜEMES
Hacía la mar de tiempo que no ponía los pies en el Pasaje Güemes. No sé si de aburrido o por faltarme plata. El caso es que me había olvidado que sobre esta santísima ciudad se elevaba un edificio-colmena, especie de Puerta del Sol de Madrid, donde se cita una infinidad de gente para mirar pasar a sus semejantes o “semejantas”. Porque esa es la impresión que me ha producido hoy al supradicho pasaje. Y de pronto, como un provinciano que con cierto temor se mete en un bar palpándose los bolsillos y mirando la tarifa de los bebestibles que allí se mercan, yo he entrado al pasaje “mercantilero”.

El pasaje
Ante todo, no me explico por qué al pasaje le han puesto el nombre de un guerrero unitario. Más bien le quedara un nombre que sonara a pacifismo y plata. Por ejemplo, podría llamarse Pasaje Apostolatos, como la casa blanca que en Lewis et Irene pone Paul Morand para demostrar el espléndido y sórdido poderío de la fuerza mediterránea.
Yo concibo mejor al Pasaje Güemes llamándose Pasaje Apostolatos. Estaría más a tono con el rastacuerismo de sus vitrinas. Con el terror de la luz eléctrica que desde la mañana hasta la noche inunda para in eternum sus criptas, cajas fuertes y quioscos de vidrio. Con el zumbido de sus ascensores, subiendo, mejor dicho deslizándose perpendicularmente. Y con ese maremágnum de gente bien vestida y misteriosa que de la mañana a la noche se pasea por allí, y que no se sabe si son gentiles rateros, pesquisas empresarios de teatro o qué sé yo.
Se respira ahí una atmósfera neoyorquina; es Babel de Yanquilandia transplantada a la tierra criolla e imponiendo el prestigio de sus bares automáticos, de sus zapatos amarillos, de las victrolas ortofónicas, de los letreros de siete colores y de las “girls” dirigiéndose a los teatros con números de variedades que se ocupan los sótanos y las alturas.
Sí, ese pasaje debía llamarse el Pasaje Apostolatos. Yo estoy seguro de que si los propietarios recogen mis indicaciones, el espíritu del general Güemes se va a regocijar. Él era demasiado hombre de bien para patrocinar semejantes belenes y babeles.

Las vitrinas
Las vitrinas del Pasaje Güemes o Apostolatos parecen haber sido arregladas por “vidrieristas” que quisieran llamar la atención de los pobres y de los ricos.
Se exhiben cigarreras que cuestan doscientos cincuenta pesos. Los letreros lo dicen: doscientos cincuenta pesos. Yo me quedo perplejo. Sé que si a un señor rico se le ocurriera mandar a fabricarse una cigarrera de platino, con tal de que la pague se la fabricarían de inmediato; pero estoy seguro de que Henry Ford, con sus dos mil quinientos millones de pesos moneda nacional, no tiene una cigarrera que cueste doscientos cincuenta pesos. ¿Por qué? Pues porque Henry Ford diría que el que para el que fuma, los cigarrillos están tan bien colocados en una cigarrera que cuesta dos pesos como en la que cuesta cincuenta dólares. Yo no compraría una cigarrera de doscientos cincuenta pesos, pero gastaría esos doscientos cincuenta pesos en cigarrillos. Una vez en posesión de tantos cigarrillos, compraría la cigarrera. ¡Qué placer abrirla y desplegar, ante los ojos atónitos de los amigos, cigarrillos de veinte centavos en cigarrera de doscientos cincuenta pesos!

Las muchachas de los quiscos
Vestidos reglamentados, melenas de corte reglamentado, tacos de altura reglamentada. Feas y lindas. Caritas pálidas todas. Amabilidad de “qué se le va a hacer”. Comparten casi todas el quiosco con un mozo dependiente. Perfumes, flores, café, bombones, venden de todo. Hay algunas que lo tientan a uno a comprarse el quisco completo. Otras que parecen decirle:
-Nos aburrimos, señor. Por favor venga a comprarnos algo.
Cuando las muchachas no venden, conversan con los dependientes. Ignoro si se hacen o no el amor; pero no creo que se diviertan mucho. Todo lo que esa gente tenga que decir lo puede expresar en una hora y tres minutos.
Luego el cráneo les queda a disponibilidad.

Miradas oblicuas
Lo interesante en el Pasaje Güemes o Apostolatos, es el amor a distancia. Me he fijado bien. Una mocita miraba para lo alto, oblicuamente. Yo he levanté la cabeza y comencé por no ver más que una bóveda que sé es de cemento armado. Me quedé pensando si la mocita no se dedicaba a hacer un cálculo de resistencia de los materiales de construcción cuando, acostumbrada la mirada a la oscura altura, distinguí, a los costados de la bóveda, unos ventanales como por el tragaluz de un barco, asomaban su cabeza vanos empleados que se dedicaban a la discreta labor de mirar a las consiguientes mocitas. Lo cual explicaba la posición extraña de éstas contemplando la altura. El resto es de un aburrimiento cosmopolita “hache”. Sombreros, botines amarillos, bares automáticos donde, encorvados, devoran su pitanza unos jovenzuelos apurados; corbatas y escritorios que cuestan una fortuna; lapiceras de oro macizo, con las cuáles sólo se pueden escribir tonterías, firmar cheques sin cruzar. Y la gente, que se mira a la cara como diciéndose:
-¿Y somos más felices con esto?

"Aguafuertes porteñas,
Buenos Aires, vida cotidiana"
Roberto Arlt

5.5.07

The place of your dreams might be across the river.


WISDOM FOLLY
-An unusual building
that was built in former times
as a decoration,
not to be used
or lived in-




9.4.07


Tarde o temprano a eso llegarían fatal e irreversiblemente, porque así lo exigía la doctrina y filosofía del partido, que tácitamente negaban, no solamente la validez de todo conocimiento, si no hasta la propia existencia de las cosas reales. Y lo espantoso no estaba en que le pegaran cuatro tiros a quién se resistiera a creerlo, si no en la posibilidad de que tuvieran razón, después de todo. Porque, a cuentas claras: ¿Cómo sabemos que dos más dos hacen cuatro? ¿O qué la fuerza de la gravedad existe realmente? ¿O qué el pasado es inmutable? Si tanto el pasado como el mundo exterior sólo existen en nuestro entendimiento y el propio entendimiento es suceptible de ser subyugado, ¿Qué va a pasar?

.

Era deber imperativo asumir la defensa de lo real y de lo tangible, por tonto que pareciese. Lo verdadero es la verdad. ¡A ese concepto había que aferrarse con alma y vida! El mundo físico existe y los cuerpos abandonados a su propio peso son atraídos al centro de la Tierra. Cómo (...) o tal vez como si fuera a consignar un axioma de fundamental significación, escribió:

.

La libertad consiste en poder afirmar que dos más dos son cuatro. Otorgada esa libertad, las demás vienen solas.

.

(...) It was inevitable that they should make that claim sooner or later: The logic of their position demanded it. Not merely the validity of experience, but the very exitence of external reality, was tacity denied by their philosophy. And what was terrifying was not that they would kill you for thinking otherwise, but that they might be right. For, after all, how so we know that two plus two makes four? Or that the fource of gravity works? Or that the past is uncheangeable? If both the past and the external world exists only in my mind, and if the mind itself is controllable- what then?

.

(...) the obvious, the silly and the true had got to be defended. Truisms are true, hold on to that! The solid world exists, its laws do not change. Stones are hard, water is wet, objects unsupported falss towards the earth's center. (...) and also that he was setting forth an important axiom, he wrote:

.

Freedom is the freedom to say that two plus two makes four. If that is granted, all else follows.



.George.Orwell.

"1984"

18.1.07

En la casa solitaria el silencio acortinaba las paredes con musarañas y envolvía en polvo los muebles y las cosas.
Amortajado de olvido, el aparato telefónico hacía vida de ermitaño en un rincón de la estancia. Por momentos, en el brillo metálico de su pequeño sombrero niquelado, parpadeaba la vida. Síntoma de la inquietud. Nerviosidad del que espera inútilmente. Deseo de volver a escuchar las confidencias que alguien le decía al oído, para llevarlas corriendo a lo largo del hilo de cobre revestido de cinta aisladora, también estremecido de emoción.
La Muerte condenó las puertas de la casa y dejó huérfano de amistad al teléfono.
El auricular, que en vano esperaba la mano amiga, hallábase poseído de un sentimiento de desolación.
En la noche, dejábase oír entrecortada y jadeante respiración del teléfono.
Gemía débilmente:
-Rin…rin…
La perplejidad, o el miedo tal vez, hacía permanecer quietas a las cosas extraviadas entre montones de sombras.
En las horas de la mañana, un rayito de sol filtrábase por la abertura de un postigo, furtivamente. Por eso su visita era breve. Visita de médico.
El teléfono, tranquilizado por la palabra optimista del sol, cesaba en sus convulsiones y se quedaba dormido.
Su estado era cada vez más grave. Pasaba las noches en un continuo delirio, agitando incesantemente la horquilla de níquel.
La gente que vivía en los alrededores, picada de curiosidad, llamó la atención de las autoridades, de las cuales, para justificar su oficio, decidieron llevar a cabo una pesquisa en la presunta casa de Tócame Roque.
Provistos de lleves ganzúas, abrieron las puertas y se zambulleron en el silencio claustral de la finca solitaria.
El teléfono volvió a quejarse en un continuado hipo.
-Rin…rin…rin…
Y cuando el primer hombre se acercó y cogió entre sus manos la horquilla de níquel que sostiene el auricular, lanzó un grito de espanto, deshaciéndose en violentas contracciones.
El teléfono habíase agarrado a él como a una tabla de salvación y no le abandonaba la mano.
Las autoridades comprobaron que el desdichado había sido víctima de una fuerte corriente eléctrica.

"El teléfono epiléptico"
El alma de las cosas inanimadas
Enrique Gonzalez Tuñon